BUENOS DÍAS
Cuando hablamos de equilibrio, en general, nos referimos al estado de un cuerpo en el que las fuerzas que actúan sobre él se cancelan o anulan recíprocamente, permitiéndole permanecer en un mismo lugar o una misma forma, sin moverse o modificarse.
Esta es una idea que solemos representar a través de la balanza, esa herramienta que utilizamos para pesar los objetos.
Existen, de esta manera, tres tipos diferentes de estado de equilibrio
- Equilibrio estable, cuando el cuerpo u objeto retoma su posición de estabilidad una vez que las fuerzas que actúan sobre él han cesado, demostrando así una tendencia marcada hacia el equilibrio. Por ejemplo, un péndulo que empujemos con la mano se moverá durante un tiempo, hasta que el efecto de la gravedad lo detenga siempre en el mismo y exacto punto de reposo.
- Equilibrio inestable, cuando el cuerpo u objeto mantiene una posición de reposo únicamente mientras actúe sobre él una fuerza determinada que compensa a las demás, de manera que, al cesar dicha fuerza, el objeto pierde el equilibrio y se desplaza hacia otros lugares. Por ejemplo, un lápiz que sostengamos sobre su punta, caerá en diferentes direcciones cuando lo soltemos, ya que su punto de reposo depende de la fuerza de nuestra mano.
- Equilibrio indiferente, cuando el cuerpo u objeto es capaz de perder su posición de reposo y alcanzar una nueva de manera espontánea, sin necesidad de que nuevas fuerzas actúen sobre él. Por ejemplo, al dejar una pelota sobre una superficie totalmente plana: no se desplazará en ninguna dirección, y si la empujamos un poco, cambiará de sitio pero recuperará de inmediato su equilibrio